El amigo de Agustín y sus amigos (Haz clic aquí)

Yo fui a un colegio donde, como en muchos lugares, se jugaba cuatro partidos de fútbol a la vez. Muchas veces el balón lanzado con una furia desatada golpeaba a alguien que pasaba por allí o a alguno de los otros tres porteros que nada tenían que ver con tu historia. Entonces un pobre chaval dolorido soportaba la bronca del Barça o el Madrí. De aquel colegio me lleve el levantamiento de patilla, el 1,x, 2 ¡quiniela! Con el consiguiente pasillito o abucheo, el picahuevos, el manos quietas boca cerrada, el fonaero, el penal de los recreos y el te espera una bulla en el callejón. Haces amigos y te separas al entrar al instituto. Pocos especimenes sobreviven, ¡eh Rubenigue!

En el instituto conoces los partidos de baloncesto en clase de Ginesa, los zorros atropellaos de Feliciano, el baile del perejil con Miki, la pelada general y las exclusivas, las oliveras a las que debemos un minuto de silencio, el viejo, el niño y el loco, José y Calipo, el quiero ponche de Dinho, el se sienten coño del moreno, el pañum pañum del Peidro con las muletas del Botella que camina apoyando la escayola como si nada, el vengo a apuntarme y paso por el bar ¡anda también estás aquí amigo! ¿Te ha pasado lo mismo? ya que estoy me quedaré un ratito.

Después la universidad, el primero a Madrid, dos a Valencia, dos en Alicante, dos en Murcia, uno sigue allí, hay más gente con él. Al fin y al cabo todos siguen allí. Si quieres conocerles haz clic sobre el título de esta entrada.