¿UNA BRECHA DIGITAL O EL ABISMO DE LA INCOMUNICACIÓN?

La brecha digital marca la diferencia entre los países ricos y pobres en la Sociedad de la Información. Este fenómeno hace referencia a la separación cada día mayor que existe entre las innovaciones y estilo de vida de los países favorecidos y el arcaísmo de los países en vías de desarrollo.

El problema es grave. Ya que si bien es cierto que la mayoría de los países del tercer mundo se muestran a favor de ampliar sus horizontes tecnológicos, la velocidad a la que crece este mercado de la tecnología de la información hace inútil tal esfuerzo.

La brecha digital, uno de los grandes problemas de la Sociedad de la Información, parece estar resolviéndose. La brecha digital se estrecha día a día. El apoyo a las nuevas tecnologías y los diferentes proyectos llevados a cabo para la implantación de Internet y sus ventajas parecen haber dado resultado.

Según un estudio de “Júpiter Research” el acceso a Internet es cada vez mayor en todos los lugares del mundo. Países con zonas poco desarrolladas como China o India han visto ascender los números en cuanto a la utilización de ordenadores, internet y teléfonos móviles. Este ascenso de las herramientas de las nuevas tecnologías provoca, tal y como señala “Júpiter Resesarch”, que las diferencias entre países desarrollados y subdesarrollados en el marco de la Sociedad de la Información vayan desapareciendo. Aunque parecen obviar que los datos facilitados de China e India se refieren a dos potencias emergentes de nuestro siglo XXI.

Los diferentes países en vías de desarrollo también han mejorado su productividad, al mismo tiempo que han reducido costes para la conexión on-line. Una mejora experimentada por todos los países del mundo, aunque en menor medida que los países menos desarrollados.

No obstante, las diferencias siguen siendo muy grandes. Los datos del estudio de “Júpiter Research” desvelan que Dinamarca, con 9 puntos sobre 10, es la nación con el acceso más fuerte a los contenidos web. Por el contrario, el país peor calificado es Azerbaiyán con 2’9 puntos.

Dinamarca tiene el primer puesto por el número de conexiones de banda ancha e inalámbricas del que se favorecen sus ciudadanos. También destaca por el uso de la banca a través de la red y por los servicios ofrecidos por la administración pública. Estas ventajas del país danés sitúan a EEUU en el segundo puesto, mientras Suiza ha superado a Suecia y se ha colocado en el tercer puesto.

Todos estos datos parecen afianzarse en un cierto sentimiento de optimismo ante el desarrollo de las nuevas tecnologías de los países en vías de desarrollo. No obstante es difícil de entender que una sociedad basada en la información y la comunicación pueda condenar al ostracismo a la mayor parte del mundo. Desde hace años hemos dejado a unos países eufemísticamente apodados de mil maneras la carga de soportar las consecuencias más crueles de nuestro estilo de vida. A nuestro lado de la cortina de humo necesitamos la mano de obra barata y la explotación de los recursos ajenos. Recursos sin los cuales estos países quedan desamparados, no de la mano de dios sino del hombre. Mientras destinamos un 0,7 % para ayudarles. Un porcentaje que no es proporcional a la deuda que les demandamos. Les expulsamos del paraíso del estado del bienestar y les exigimos una democracia que difícilmente pueden sostener en situaciones en que el pueblo sufre la necesidad. Desde la sociedad de la información les hemos rebajado de categoría del tercer al cuarto mundo: la incomunicación. Pero haríamos bien en cuidarnos de esto, pues si toda comunicación genera una respuesta, bien podría suceder que la ausencia de preguntas pudiera derivar en las respuestas menos deseadas.