jueves, septiembre 07, 2006

La historia abominable


Tras los crueles atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos de 2001 y del 11 de marzo de 2004 en Madrid, el mundo occidental ha despertado ante el horror que proviene de más allá de sus fronteras. El fundamentalismo islámico ha capitalizado la atención de los expertos y de la ciudadanía de los países ricos.

La situación de caos y eterno conflicto en la cual vive inmerso Oriente Medio ha salpicado al país norteamericano y a la Unión Europea. Esta decadencia en la que viven los países árabes amenaza con arrastrar hasta nuestros estados del bienestar su dolor. El conflicto entre Israel y Palestina es uno de los temas que han recobrado mayor expectación en el nuevo marco mundial. Su solución parece necesaria ante los ojos de la ONU para hacer del globo un lugar más seguro.

Aun así, tal solución se prevé difícil ante las desgarradoras informaciones que provienen del lugar en cuestión. Lo que es seguro es que mientras aquella zona agonice ningún país estará a salvo de su desidia. Los bloqueos comerciales a ciertos países como el que hasta hace poco sufría Irak son un atenuante al odio que pueda sentir la población árabe a los países que los condenan a la miseria. Los países occidentales deben entender que las víctimas de tales bloqueos no son los hombres capaces de combatir, verdadero peligro que puede engordar las filas del enemigo terrorista, sino los niños, las mujeres y los ancianos. Seres humanos necesarios en la salud de un estado que desea vivir en paz.

La muerte de un suicida palestino, por ejemplo, oscila entre los veinticinco mil y los cien mil dólares. Cifras atrayentes cuando las familias de tanta gente mueren de hambre. Además, es necesaria la empatía cultural con aquellos a los que se señala como culpables. La culpa es un espejo donde todos aparecemos reflejados del mismo modo. El sacrificio de la vida para los islámicos radicales es un acto divino que enaltece a Dios y distingue a la familia del mártir de Alá.

Siguiendo con el ejemplo palestino; éstos no ven el asesinato de los judíos y los infieles como un acto de venganza sino de justicia. Tal vez sea un pensamiento difícil de concebir para una mente occidental. Realmente lo es. No obstante, siguiendo la historia del pueblo árabe, tras haber sufrido los atropellos imperialistas en Afganistán y con el arrinconado estado de Palestina, no es menos cierto que los palestinos merecen el derecho a la autodeterminación, el fin de la ocupación y vivir en libertad y seguridad. Su situación actual, afinados en guetos modernos, es deplorable. Aunque también es cierto que los israelíes también merecen ser reconocidos por las naciones árabes y que se les garantice su seguridad. Lo que nadie merece es que todos estos derechos se defiendan a punta de pistola.

Contra la mala previsión histórica de los hechos que dieron como resultado la creación del estado de Israel y las sucesivas guerras contra la liga árabe ya poco se puede hacer. Demandas como la palestina para que vuelvan los exiliados árabes a las tierras que ahora ocupan los colonos israelíes mediante la “ley de Ausentes” parecen difíciles de fraguar sin que nadie quede convertido en víctima. Además, tanto Israel como Palestina consideran Jerusalén como su capital irrenunciable. Otro punto que aleja las posibilidades de acuerdo.

Tal vez la comunión en un estado o la asociación de estados entre judíos y palestinos en una zona libre, a modo de Unión Europea, sea la única salida al conflicto. Sin embargo muchas son las diferencias que separan en el aspecto económico a los contendientes. El ingreso medio anual de un israelí es de casi diecinueve mil dólares, mientras que el de un árabe-palestino es de mil seiscientos dólares al año. Este desequilibrio social es otro de los agravantes con los que se hace imposible la paz.

En las últimas negociaciones para la paz ambos estados han declarado sus condiciones irrechazables. Los palestinos exigen que Israel debe permitirles tener un estado independiente y autónomo, garantías para que la nación palestina pueda desarrollarse económicamente, retirada por parte de las fuerzas de Israel de los territorios ocupados en 1967, desmantelamiento de las colonias judías de sus territorios, la jurisdicción de la zona este de Jerusalén y el regreso de los refugiados palestinos.

Los problemas que acarrean estas demandas afectan dos puntos especialmente. A la división de Jerusalén y al desmantelamiento de las colonias. En cuanto a la división de Jerusalén los palestinos piden la tutela del barrio musulmán, algo lógico pero que, como nos demuestra la historia con la división de Berlín, no traería más que complicaciones. La división de la ciudad en dos estados diferentes provocaría enfrentamientos y penalidades. En cuanto al desmantelamiento de las colonias es algo imposible si tenemos en cuenta que en éstas habitan más de doscientas mil personas.

Israel, por otra parte, demanda el cese de los atentados contra la población civil judía, el reconocimiento del Estado de Israel, la aceptación palestina de los asentamientos en los territorios ocupados, permitir el control sobre territorios palestinos para asegurar las fronteras y que Palestina deje de insistir en el retorno de los refugiados. Como se puede apreciar muchos son los puntos en que distan la peticiones de unos a otros, y mucho tendrían que rebajar sus exigencias.

Las acciones violentas de ambas partes alejan también a las dos sociedades. El terrorismo de los suicidas palestinos es contrarrestado por los israelíes mediante incursiones violentas a los territorios palestinos. Junto estas incursiones también cometen de vez en cuando acciones bizarras que en poco se diferencian de los atentados terroristas. Palestina, a falta de un ejército tan desarrollado como el israelí se defiende con organizaciones terroristas.


.- Grupos armados musulmanes

.- Hamas

Surge con motivo de la primera Intifada de 1987. Es un movimiento radical que utiliza el terrorismo con el objetivo de destruir al estado de Israel. Persigue la creación de un estado islámico en todo el territorio. Es el artífice de los suicidas- bomba que se iniciaron en el año 1992.

Se compone de dos grupos: el ala política y el ala militar. Sus efectivos militares rondan entre los doscientos y los trescientos miembros. También organiza servicios sociales como puedan ser clínicas, escuelas y clubes juveniles.

.- Brigadas de Mártires de Al-aqsa

Se concibe como una facción radical del partido político del hasta hace poco presidente del estado de Palestina, Yaser Arafat. Se les atribuye el setenta por ciento de los ataques contra objetivos israelíes. Buscan un alto el fuego a la vez que conseguir importantes concesiones a través de las negociaciones de paz


.- Jihad Islámica

Este movimiento se considera un ala de política ultra-radical de Hamas. Tiene como objetivo la eliminación del estado de Israel e imponer un estado islámico en Palestina. Supuestamente recibe financiamiento de Irán. El número de militantes no llega a cien. Aun así, ya se han adjudicado varios atentados suicidas.


.- Hizballah

Movimiento compuesto por cerca de ochocientos milicianos en activo y unos dos mil reservas. Además de estos importantes efectivos humanos cuentan con un poderoso arsenal de armas. Sus militantes son de origen shiita. En 1982 surgieron del sur de Líbano con el fin de combatir la ocupación israelí.
Su forma de proceder consiste en desestabilizar mediante el secuestro de soldados israelíes. Tiene como objetivo principal destruir a Israel para crear un estado islámico en Líbano y reclamar Jerusalén para el islam.

4 comentarios:

Garin P. dijo...

¡Qué cantidad de información! A veces se convierte en verdad eso de que "el conocimiento es dolor".

Leo García-Jiménez dijo...

Cada vez tengo más claro que el conflicto de Oriente Medio no tiene solución. La ONU no pinta nada e Israel no cumple las resoluciones del organismo presidido por Annan. BUeno, perdón, ha levantado algunos asentamientos, pero a la vez se ha enzarzado de nuevo con el Líbano...

No sé, todo es muy complicado. Cuando este mes de julio volvió a saltar la chispa entre Líbano e Israel lo primero que se me vino a la cabeza fueron las matanzas de Sabra y Chatila donde miles de palestinos fueron masacrados... Y el ejército israelí, que en aquél entonces dirigía Sharon (a la postre presidente de Israel, toma ya!), mirando para otro lado.

Este año, mientras Israel bombardeaba Líbano, seguía con el enfrentamiento a los palestinos silenciado durante algún tiempo por la atención que ha levantado la situación del Líbano.

Dicho lo dicho, creo que hemos identificado al malo de la película (ISrael) frente al bueno (el pueblo palestino), cuando en estos conflictos no se puede simplificar la realidad en blanco y negro.

Israel también ha llevado una gran prosperidad a la zona, ha hecho un auténtico oasis en medio del estéril desierto, de hecho la mayor parte de palestinos trabajan en Israel y por eso tienen que cruzar la frontera a diario.

Pero la impunidad con la que actúan los judíos en la zona es de todas todas inadmisible.

En fin, no sé, pero sinceramente no creo que vea nunca la solución a todo esto.

Saludos,

Pd. Por cierto, enhorabuena por el blog, creo que tratas temas súper interesantes. Te animo a que no lo dejes, porque creo que esta web promete mucho.

Bye!

Kikeron dijo...

Para Interino: La ignorancia debe ser la felicidad absoluta. Yo intento practicarla siempre que puedo.

Para Leo: Nunca nada es blanco o negro. Estoy de acuerdo. Y aunque la situación es díficil creo que tampoco interesa mucho el resolverla. Hay muchos problemas y pocas soluciones, igual que hay muchas formas de hacer las cosas mal, y normalmente, (no siempre), sólo hay una forma de hacerlo bien. No tengo ni idea de que clase de solución pueda ser ésta, (algo que seguramente me salve de una muerte tragica ;)) pero intuyo que todo gran problema es fruto de un gran error.

PD: Muchas graciás por tus animos. Me alegro que por fin hayas descubierto Galatea. Te deseo que descubras todas las Galateas posibles. Creeme, son tantas.

Bye??!

Leo García-Jiménez dijo...

Sí, yo también me alegro de mi descubrimiento.

No, no, de adiós nada, seguiré visitando estas tierras mientras tengan vida.

UN abrazo,

Pd. Me ha gustado lo de "todo gran problema es fruto de un gran error", creo que es una buena manera de resumir las grandes castástrofes de nuestro tiempo.