sábado, julio 14, 2007

La democracia de los poderosos

Hace algunos años hombres de los de pensar (que se diria en nuestro mundo castizo) soñaron con el consenso de los hombres. No es más que ética; es algo de moral. Nuestra democracia sin mayoria de edad nos pone ahora en la encrucijada. Algunas voces se quejan de que no gobiernan las listas más votadas. Desde luego no es coherente que asi sea, ni tampoco lo es que los pactos sean excluyentes.

Rajoy confiesa que cuando gane las elecciones cambiará la ley electoral. Aquellos partidos que reciban el respaldo mayoritario gobernaran en el mundo ideal del Partido Popular. Tampoco es desencaminado pensar que tal acción juega a favor de su opositor. Los dos grandes partidos se veran favorecidos hasta el punto que nuestro sistema demoratico caiga en el bipartidismo. Si los votantes de partidos minoritarios ya ejercen el voto útil como medida para evitar que gobierne aquel que les disgusta, ¿qué será de ellos cuando no tengan más remedio que tirar sus votos a la basura?. Tendremos pues sólo dos opciones. Tal vez corramos el riesgo de acabar definitivamente con las ideas y lanzarnos al abismo de las ideologías. Es extraño que aquellos que defienden que España no se divida se muestren tan partidarios de resucitar las dos Españas: la de izquierdas y la de derechas, (o atendiendo a las modernas nomenclaturas: la progresista y la moderada).

Imaginar el poder que tendrá un partido (ya sea PSOE o PP) ante las voces discrepantes, ante los poderes que forman el equilibrio de poder, asusta. La democracia es el paso más fiable y menos malo hacia el consenso de los hombres. De hacerse realidad los deseos de Rajoy nuestra democracia quedará limitada, sin consenso. Habrá un poder ciudadano cedido a las instituciones cada vez menos públicas para que gestionen cada cuatro años nuestro presente y nos encaminen al futuro.

Un gobierno deberia ser una representación lo más fiel posible a las ideas ciudadanas. Por ello deberian estar representadas estas ideas en una medida justificada en los órganos de gobierno. No obstante las minorias desaparecerán del mapa político. Aquellas personas, que aunque a algunos les guste despreciarlas no votan a los dos partidos más representativos, preferiran no votar o votar al menos malo. El resultado tal vez sea un aumento de la abstención (ya preocupante), o una subida de los extremismo, ya que entre dos opciones siempre colocamos a aquellos que piensan distinto a nosotros en el otro extremo sin darnos cuenta que a su vez nosotros nos hemos alejado hacia el extremo opuesto.

Está claro que la práctica del pacto es una prostitución total de la representación ciudadana en los gobiernos, ¿pero como llamar a que no haya ninguna posibilidad de consenso? ¿cómo entender que nuestros gobernantes no esten obligados a llegar a acuerdos? Seguramente como un serie de sucesivas despedidas. Adios al consenso, adios a la democracia, adios al pueblo.

lunes, mayo 14, 2007

El rapto de una Europa en el laberinto del Minotauro


Cuenta la leyenda que Europa siempre fue joven y bella. Ahora dicen que es vieja, que está olvidada. En la memoria lloran sus pretendientes al continente que les significó un mundo. Alejandro Magno, Julio Cesar, Napoleón e incluso Hitler, todos la amaron pero sólo un dios la tuvo.

Según los detractores de Heródoto fue Zeus quien aprovechó la poca cautela de Europa para raptarla y llevársela a través del mar. Una vez en Creta la proclamó reina y mediante una lluvia dorada engendró un monstruo, el minotauro.

Y poco a poco, el miedo quitado, ora sus pechos le presta
para que con su virgínea mano lo palme, ora los cuernos, para que guirnaldas
los impidan nuevas. Se atrevió también la regia virgen,
ignorante de a quién montaba, en la espalda sentarse del toro:
cuando el dios, de la tierra y del seco litoral, insensiblemente,
las falsas plantas de sus pies a lo primero pone en las ondas;
de allí se va más lejos, y por las superficies de mitad del ponto
se lleva su botín. Se asusta ella y, arrancada a su litoral abandonado,
vuelve a él sus ojos, y con la diestra un cuerno tiene, la otra al dorso
impuesta está; trémulas ondulan con la brisa sus ropas.

Ovidio


¿Cuantos monstruos más ha engendrado ya Europa? Polonia, Austria, Holanda y ahora Francia. El sueño de una Europa pacífica se aleja. Un parlamento europeo peligra. En vez de ello, y como mucho, tendremos un Consejo formado por el primer ministro y el ministro de asuntos exteriores de cada país. Una Europa otra vez raptada por el poder.

De una Europa democrática pasaremos a una Europa oligárquica al servicio del más poderoso, y donde los países más débiles harán cola para ganar los favores de Merkel y Sarkozy. La política de solidaridad quedará sumergida bajo el proteccionismo nacionalista, y otra vez olvidaremos a Victor Hugo, Stresemann y Briand. Tal vez algo nos recuerde que puede haber otro Alejandro, otro Cesar, otro Napoleón. Recemos porque no sea otro dios disfrazado de manso. Ojala Europa no vuelva a dejarse raptar, ojala nunca nadie vuelva a engañarla.

sábado, abril 21, 2007

25 años con Galatea

Vivimos en los dias en que se hace tarde para todo. Tarde para esperarte, para ser puntual contigo. Galatea es igual que todos los lugares que hayas podido conocer antes, sin embargo no vivirás állí igual que en los demás lugares.

En Galatea los cafés cuestan 80 céntimos, la mentira es perseguida, las guerras se condenan. Ante los insultos Galatea mira a los ojos para descubrir cobardia. Y sobre todo, ningún asesino conseguirá convertirla en su reflejo.

Llevo ya 25 años viviendo en Galatea, y aunque he viajado nunca he dejado de vivir en ella. Me ha perseguido desde niño como unas siluetas sin acabar de definirse que poco a poco se convirtieron en una fuente, un edificio, un rio, un puente. Galatea es un castillo de arena que un niño dejó a merced del viento a la orilla de una playa solitaria. Pero como pasa con todas las maravillas de este mundo ocurrió lo inesperado. El mar no derrumbó sus murallas, en vez de eso se dividió sumiso a ambos lados de la ciudad. Se abrieron dos puertas naturales en las murallas y las dos corrientes entraron en Galatea mansamente formando en el centro de la ciudad un lago de mar salada.

De las profundidades de ese lago surgió un barco que los ciudadanos bautizaron El Galataca. Navio que se convirtió en herramienta para descubrir el mundo que les rodeaba. La islas de Idiocia, Satiría y Utopía. Las costas de arboles gigantes de Gregas, la provincia de Lonxe, los bosques encantados de Kareida...

domingo, marzo 25, 2007

Sobre leyes y normas

Había llegado hace poco a casa. Sin saludar casi al mimo del espejo me senté a recapacitar ante la desordenada mesita que utilizo para comer y soñar. Mi último viaje me dejó intranquilo, y durante días permanecí en la misma posición, en el mismo sitio. Al final empecé a escribir unas líneas, esas líneas se convirtieron en un párrafo, y conforme las letras ocupaban la página aquel escrito se convirtió en una carta. La envié a nombre del jefe de estudios de la universidad de Idiocia. No me avergüenzo de viajar repetidamente a la Idiocia, es un país que suele estar plagado de turistas, y todo el mundo acaba yendo en algún momento de su vida.
Mi encuentro con el tipo más salado de Idiocia lo tuve a cuenta de una petición que necesitaba de su visto bueno. La equivocación había sido mía, pero perfectamente comprensible para un tipo cultivado. No obstante en vez de sabiduría encontré erudición en un tipo menudo y con muy mal carácter. Kafka hubiera llorado de conocer al pequeño elemento del que les habló. Tras gritar como una parturienta en un concurso de villancicos y elevar su humana condición hasta el rango de simio, se despachó semejante superhombre con una retórica increíble sobre las normas y las leyes. A pesar de adornar el discurso con símiles que yo le repetía para hacerle ver que su norte, al menos en ese momento, estaba muy en el sur no consiguió que me suicidara. Aquí dejo mi carta.

Galatea, marzo del año I
Muy señor-ito mío, quedé profundamente preocupado tras nuestro encuentro. Con motivo de esta pequeña-ita preocupación nace esta carta. Deberá perdonar que no tenga un sentido de la moralidad tan elevado como usted, son tantos los condenados y tan pocos los elegidos por Su Moral.

He estado pensando sobre lo que me dijo sobre las leyes y las normas y debo confesarle que, aunque pensar atente contra los de su especie, creo que he pensado demasiado. Por ello creo que seria bueno hacerle reflexionar también a usted, pues su fe ciega en las normas podría hacerle perder perspectiva, ya que el contenido inteligente de una ley, de una norma, es el hombre. Esto quiere decir que podemos razonar y movernos libremente sin necesidad de ponernos la zancadilla a nosotros mismos (y aún menos a los demás). El símil entre la guardia civil y una universidad, es como comparar un libro con un leño para prender fuego (y no piense que no se me ha pasado por la cabeza que seguramente usted le encuentre el parecido)

Además de esto me gustaría ser capaz de hacerle ver que las leyes suelen estar vivas y no muertas como usted cree, ya que encerrado en un mundo de leyes muertas e inamovibles la experiencia necesaria para alcanzar el conocimiento, el juicio crítico y la justicia se pierde y no sirve de nada. Toda ley o norma que no tenga su excepción es la excepción a la propia ley o norma. Una ley deshumanizada no puede aplicarse a lo humano, y puesto que la ley está creada por el hombre, y el hombre es imperfecto, la ley es heredera de sus imperfecciones. Este defecto hereditario debería solucionarse con el sentido común, el raciocinio y la lógica

Lamento que usted no pueda entender esto, y que el que los demás piensen provoque en usted terror a que descubran que además de ser de Idiocia, es usted uno de esos hombres que necesitan un bastón para caminar. Pues aunque su bastón sea invisible su necesidad de él es evidente.

Atentamente le saluda:
Kikeron

jueves, febrero 22, 2007

Terrorismo: La voz sangrienta III


Tras la I Guerra Mundial aparece el terrorismo de estado propiamente dicho con doctrinas como el comunismo y el fascismo. Políticas que se sustentaban en el temor del pueblo al autoritarismo de sus gobernantes. Esta utilización del terrorismo como instrumento de política tuvo defensores como el soviético Trotski[1] o el francés Georges Sorel[2]. La falta de estabilidad política en el periodo de 1920 a 1930 dio pie a incidentes terroristas.
Como respuesta a esta situación de inestabilidad e inseguridad subrayada por la crisis económica crecen las sombras de Mussolini y Hitler. Una sombra esta última que dejará a Europa sumida en la más absoluta oscuridad.
Los movimientos terroristas de posguerra resurgen con toda su fuerza a partir de 1960. Diversos avances tecnológicos en cuanto a armamento y comunicación se refiere ofrecen nuevas dimensiones a la amenaza de los radicales insurgentes. Asimismo, conflictos como el sucedido en Oriente Próximo entre Israel y las naciones árabes arraigan durante años llegando hasta nuestros días. La rabia de los nacionalistas violentos como pueda ser el caso del IRA en Irlanda o de ETA en España arraigan en la piel de la sociedad llegando hasta nuestros días.
Una vez acabada la II Guerra Mundial surgen en una Europa destruida grupos armados de extrema izquierda. Algunos de ellos financiados por gobiernos comunistas durante la Guerra Fría. En Alemania nace la Fracción del Ejército Rojo, más conocida como Baader- Meinhof, que empezaron sus acciones cometiendo atracos a bancos y asaltos a bases militares estadounidenses para mas tarde adjudicarse varios asesinatos. Entre ellos se supone una colaboración con los activistas palestinos que acabaron con la vida de atletas de origen israelí durante las Olimpiadas de Munich en 1972. Junto a este movimiento radical aparece el IRA en Irlanda y las Brigadas Rojas en Italia., autoras estas últimas del asesinato del antiguo primer ministro italiano Aldo Moro[3] en el año 1978.
También en Latinoamérica brotan grupos armados. Sus características especiales es que suelen aparecer en forma de guerrillas urbanas, como es el caso de Sendero Luminoso, grupo maoísta[4] de Perú o de las guerrillas colombianas utilizadas para el trafico de droga. Pero el protagonismo de los grupos terroristas internacionales reside en la zona de Oriente Medio. Los actos de Al-qaeda en Nueva York, Madrid y Londres han puesto en el punto de mira de los países occidentales, con EEUU a la cabeza, al fundamentalismo islámico. Muchas son ya las voces que apuntan a una nueva Guerra Fría contra el islamismo, la última cruzada capitalista.
[1] Dirigente soviético exiliado por Stalin. Apoyaba el cambio de sistema mediante una revolución violenta.
[2] Filosofo francés. Creía que el poder debía pasar de la clase media a la trabajadora mediante una huelga de carácter violento. Tuvo especial repercusión en políticos de la talla de Mussolini y Lenin.
[3] Aldo Moro, (1916-1978). Político italiano que ocupó el cargo de presidente del Consejo de Ministros en 1964, 1966 y desde 1974 hasta 1976.
[4] Partidario de la doctrina política inspirada por Mao Zedong.

miércoles, febrero 21, 2007

Terrorismo: La voz sangrienta II


El terrorismo es el uso del miedo para coaccionar a la población. Su violencia suele esconder fines políticos. La desestabilización del modo de vida o la defensa de una ideología suelen ser las razones sobre las que abanderar la barbarie. O por lo menos, eso es lo que a primera vista parece.
El origen de estos actos violentos es tan antiguo como la sociedad humana. En esta sociedad dividida en estratos siempre están los menos favorecidos, los descontentos. Antes de Cristo los Macabeos[1] ya luchaban por dirigir al pueblo de Judea a la libertad ante los Seléucides[2]. Tal defensa de la patria puede verse en la actualidad en casos similares como bien puedan ser los conflictos de Palestina y Chechenia. Dos países donde las bombas estallan a diario, herederos de la resistencia del débil contra el más fuerte. Aunque sus actos han transcendido más allá de todo lo debido con el asesinato inexcusable de población inocente. Una vez más parece demostrarse que los actos de odio son devueltos con más odio si cabe.
Los siglos XVIII y XIX fueron terreno abonado para la incubación de grupos radicales dispuestos a hacerse oír con la voz de la violencia. La propagación de ideologías y doctrinas nacionalistas se propagaron en estos siglos llevando a los hombres nuevamente a la lucha encarnizada que desembocaría en dos Guerras Mundiales y que proseguiría sotto voce en una Guerra Fría. En el caso de Europa, durante el siglo XIX, grupos anarquistas cometieron ataques terroristas contra notables mandatarios e incluso civiles. Una de las victimas más destacadas fue la emperatriz Isabel, esposa de Francisco José I[3], asesinada por un anarquista italiano en 1898. El movimiento revolucionario ruso también se destaca valedor de un marcado carácter terrorista.
Ya en el siglo XX, diversos grupos armados se dan a conocer a nivel internacional. Este es el caso de la Organización Revolucionaria Interna de Macedonia, el Movimiento Ustacha[4] croata y el Ejército Republicano Irlandés, quienes empezaron a cometer actos terroristas mas allá de las fronteras de sus países. Ciertos estados, entre ellos Bulgaria y la Italia fascista de Benito Mussolini, apoyaron a movimientos como estos. Tal forma de terrorismos con el respaldo del estado desembocó en el asesinato en Sarajevo de Francisco Fernando de Habsburgo, Archiduque de Austria, a manos de un nacionalista serbio. Tal suceso fue el detonante de la I Guerra Mundial.

[1] Familia de gobernantes judíos que se opusieron a los Seléucides de Siria.
[2] Dinastía de reyes macedonios.
[3] Francisco José I, (1848- 1916), fue emperador de Austria y rey de Hungría, ultimo gobernante influyente de la dinastía de los Habsburgo.
[4] Movimiento nacionalista de los Balcanes que luchó en 1929 por la independencia de Croacia.
ante influyente de la dinastía de los Habsburgo.

martes, febrero 20, 2007

Terrorismo: La voz sangrienta I

Desde los tiempos más remotos la guerra ha contribuido al reparto de la tierra. Pueblos se lanzaron en sangrientas batallas contra otros pueblos por la riqueza de los pastos, el agua o la tierra prometida. La religión, el oro, la demostración de la superioridad de una raza, etnia o nación sobre otras fueron también causas de invasiones violentas. El mundo que hoy conocemos ha sido dibujado con leyendas que, en la mayoría de los casos, suavizan las acciones salvajes de unos hombres que ahora son vistos como héroes. Nuestra cultura, nuestra sociedad, presume de una moralidad mayor a la de aquellos hombres que nos antecedieron. Su legado, la violencia, parece extinguido desde nuestra privilegiada posición de países ricos y prósperos. Sustentados sobre las comodidades de un estado de derecho y una fuente inagotable de banalidades surgidas de la chistera del capitalismo, el hombre occidental oye hablar de la guerra como un suceso casi místico. Heroicidades que el día de mañana se estudiaran en los libros de historia que osen escribir los vencedores.
No obstante, esta cortina de humo que nos protege de la infame realidad en la que se encuentra la mayoría del globo se desvanece ante el miedo de comprobar que esos mitos, esas leyendas se construyen sobre el dolor de las victimas. En el siglo XXI sabemos que la irracionalidad puede estallar en cualquier esquina y que el miedo acostumbra a ser el principal protagonista de nuestros telediarios. Tras atentados como los sufridos por Estados Unidos y España, el mundo ha despertado de su sueño de bonanza.